Hoy es de esos días que quisiera que todos se sintieran como yo y dejaran de hacer preguntas.
No solo que se pusieran en mis zapatos, también que se pusieran las botas, la ropa interior, las calcetas, los pantalones o vestidos, las blusas o playeras, las chamarras, las sudaderas y hablaran con mi voz, tocaran con mis manos.
Que entren en mi, como se entra a un museo, a observar a escuchar, a tener las sensaciones que tengo cada que llega un pensamiento nuevo a mi cabeza o una imagen.
Así, lo vuelvo a repetir, no tendrían dudas. Sabrían lo que soy, no habría espacio para especulaciones, discusiones tercas, oídos sordos, solo existiría un silencio en torno a mi.
Un silencio que me dejaría limpia y tranquila.
No hay comentarios:
Publicar un comentario