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Caminar por el D.F es tremendamente desolador para una persona solitaria como yo.

Observas a las parejas tomadas de la mano e intentas controlar ese impulso de no quitarles

la mirada. Viajar en el metro y observar a todas esas personas que no te conocen y a las cuales

no les interesas, pero a veces deseas que alguien tan desesperado como tu, te diga yo también ya me canse de viajar sola/o (acéptalo, nunca pasara).

El intenso asco de llegar a tu casa y encontrar todo apagado y en silencio, lo desolador de escuchar a personas huecas que hablan de cosas triviales, la pesadilla de acostarte en tu cama para despertar

al otro día y levantarse a eso que otros llaman vivir y tu queriendo morir.

No quiero dejarte,

veo lo que haces y solo intento protegerte,

quiza no es mi papel pero es una forma de agradecerte

por todo lo que haces por mi.

Mamá.

La lluvia es indispensable para que nadie te vea llorar.

Nota mental. 1 (comenzamos de nuevo)

Comer mas despacio.

A veces, como hoy, no quiero respirar.
Quiero demoler los minutos en mi puño,
cerrar las venatanas para que nadie me escuche gritar.
No quiero sonreirle otra vez a las nubes,
ya no tengo ganas.

Gotas.

Los días lluviosos son para suicidarse,
si, siempre lo he pensando, por que
con el ruido de las gotas al caer,
la gente se distrae y en lo ultimo
que piensa es en la muerte,
pues solo le interesa no mojarse.