miércoles, 18 de septiembre de 2013

Cinismo de Dios.

Te estoy hablando a ti que estas a mi lado, ¿Cuanto tiempo que no me abrazabas de esa manera? Ya tiene mucho, me toca volverte a escribir, en el mismo lugar de siempre y con la misma emoción, tal vez con otro sentimiento. Me miras en la tarde, me amordazas en la noche, ahora se que solo tomaste un tiempo de vacaciones, me cobijas con tu manto, ese manto que es pesado o liviano, depende tu humor.

A veces lo que más me pesa es tu silencio, sabes que te hablo, que te grito y tu solo me ves y es ahí cuando te acercas mas a mi y es ahí cuando más quiero escapar. 

Cuando es de noche, siento como te subes en mi, como me atas a la cama y modificas mis sueños, los vuelves pesadillas, me asfixias, eres una piedra, una piedra que no puedo mover. En la mañana desapareces y te confundes con las voces del televisor y la gente, parece que recupero mi vida pero en cualquier momento te haces presente y es entonces cuando bajo mi cabeza demostrándote mi derrota. 

Y ves lo que escribo y tu cinismo solo te hace sonreír.



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