jueves, 14 de noviembre de 2013

La tristeza de Miguel.

Hoy tuve una conversación muy rara con un buen amigo, para empezar la platica fué mientras ibamos en la moto, camino a mi casa.

"Es que no se Tere, yo siempre he sido un ser triste y solitario, bueno también a veces dramático pero así siempre"
¿Te ayuda tomar medicamentos? ¿Te ayuda a ti la psiquiatría? ¿La psicología?

Ante esas preguntas por unos minutos no supe que contestar, además el aíre terriblemente frío pegaba en mi rostro y creo que justo eso me dió la fuerza en los pulmones para contestar.

No sé si me ayuden le respondí, ya no lo sé, lo que sé es que estoy intentanto separme de ellas, que por mucho tiempo fueron mis muletas, si, yo me apoyaba en ellas, pero ya no quiero que sea así, ¿La psiquiatría, la psicología? Si también han sido de mucha ayuda, más Omar, a Omar lo extraño mucho, el me daba las armas, el poder está en la cabeza, en el cambio de pensamientos, de conducta, quisiera muchas  veces hablar con el. 

Pero Tere, ¿Si las pastillas sólo fuéran un placebo? imaginate que fueran como el alcohol y derrepente ya eres resistente a ellas y ya no te hicieran nada, ¿Si cada día necesitaras algo más fuerte y es por eso es que nos sentimos así?.

Me hele, ante esas palabras quede helada, se dío cuenta y paro la moto cerca de una calle, nos bajamos los dos. 

¿Si nuestra naturaleza fuera esa, la tristeza, si buscaramos por todos los medios estar bien y no lo consiguieramos que va a ser de nostros?

No, es que no es así, es que no podemos decir eso y pensar que la tristeza es una forma de vida, tal vez para alguien más pero, ¿Por qué tendría que pasarnos eso presisamente a nosotros? Son solo etapas, yo se cual es mi problema, sólo falta que encuentres el tuyo o tal vez la sociedad es así y no nos hemos dado cuenta porque estamos inmersos también en el problema, alguna vez leí que el siglo XVIII fue el siglo de la melancolía  y todos se sentian así, tal vez el siglo XXI es el siglo de la tristeza y somos un mar de personas que estamos hundidos en ella, también tal vez, pensamos demasiado.

Ya sé que mi visión es muy pesimista Tere, no me gusta hablar de esto con nadie, pero tú pasas por lo mismo que yo, lo sé por tu mirada y por lo poco que me has contado.

Tranquilo, yo también he pensado en ello, en la alegria en la tristeza, como la misma dicotomía que el placer y el dolor, no se pueden separar y el ser humano siempre se ha preguntado por ello, la filosofía siempre se ha cuestionado sobre los sentimientos, sobre lo que somos y en gran parte estamos constituidos de eso, de como nos sentimos y de como lo resolvemos, al final somos los únicos en el planeta que podemos hacerlo y lo aprovechamos. Pero sería terrible para los dos hundirnos tanto por cosas que no valen la pena, quiza hay gente que sufre más y no piensa en ello, tú solo vive. 

Es que la vida también se trata de esto Tere.

No supe ya que contestarle, no supe que decirle, quiza tampoco sabía a que se refiera exactamente cuando me decía eso, pero no tuve ganas de seguir respondiendo, porque además ya se habían acomulado miles de pensamientos en mi cabeza, que se agolpaban una a una y chocaban entre ellas, entre las pastillas, la alegria, la soledad, el tiempo, cada concento y cada pregunta que Miguel me había aventado se peleaban en mi.

Nos subimos a la moto y en silencio, llegue a mi casa.

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