lunes, 10 de febrero de 2014

Descalza.

Me aficiono a lo inútil, escribo poesía que derramaba tristeza y no pude cantar aquella canción, ni recordar el nombre del medicamento aquel que quita la ansiedad, así que sólo me quedo ponerme a llorar sentada en la banca del parque. 

Y siempre está  el mareo, la visión borrosa y la alucinación. Ese efecto droga que me atrofia al andar y que me da cuando no encuentro el camino, así que por lo general siempre me pierdo. 

Estoy durmiendo tarde y una mano me tiembla, parezco ya de más edad de la que tengo, soy alma y cuerpo viejo. Pero que más da.  

No desayuno y siempre dejo la comida para tarde, los horarios dejaron de importarme. No soy defensora de ninguna causa pues mi cabeza no me da para entender mis problemas, menos ajenos.

Tomo ron añejo en la oscuridad y término perdiendo la conciencia despertándome tirada en el suelo de mi frío departamento. 

La mayor parte del dia las paredes comen mi tiempo.


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