martes, 13 de noviembre de 2012

Ya no recordaba el sabor del café.


Decidí hacerme un café.

Hace años que no tomo café, lo deje cuando me di cuenta que algo había en él que me lastimaba, no era el sabor, tampoco la temperatura del liquido, era más bien los recuerdos a los que estaba sometida. 

Tú tirado en el pasto cantando esa canción que no conocía y que me parecía horrible, pero dejaba que las notas musicales que salían de tu boca llegaran hasta mis oídos porque a ti, te permitía todo, me parecía que tus defectos eran lo más lindo de ti. Y esa canción por supuesto era un defecto.

Yo de ti, no amaba las virtudes, eso hubiera sido un cliclé y además mal aplicado. Yo de ti, amaba todo aquello que los demás odiaban, tu terrible gusto musical, tu combinación de ropa que parecía hecha por un daltónico, el olor de ese perfume barato que te comprabas en el tianguis aquel cerca de tu casa, tus pies con esas tremendas uñas largas, que fumaras y que tomaras café super cargado siempre a las 12 de la noche argumentando que no podías dormir si no lo hacías así. 

Y entonces yo hacia lo mismo, me levantaba desnuda de la cama y a las 11:55  ponía el agua en la estufa para llevarte el café a la cama después del sexo aburrido, si, ese era el peor de tus defectos,  pero tal vez el que mas amaba..

Después de dos años de que terminamos, hoy a las 11:55 volví a levantarme a tomar café.

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